- Área: 279 m²
- Año: 2019
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Fotografías:Tomás Villegas
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Proveedores: Melón Hormigones, AutoDesk, B&P, VITRALES Y MURALES ARTISTICOS JUAN STGO. TAPIA
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Esta capilla católica se ubica en el pequeño poblado turístico y de pescadores de Punta de Choros, al sur del desierto de Atacama, en la Región de Coquimbo, Chile. Este lugar es conocido internacionalmente por la observación de pingüinos de Humboldt, ballenas y delfines, guanacos y zorros. El templo está levantado en conmemoración a San Agustín de Hipona (354-430).
El encargo fue solicitado por el sacerdote a cargo de la antigua capilla de madera, por estar esta última en malas condiciones de conservación. La nueva capilla se ubica a un costado de la antigua, quedando su fachada principal mirando directamente hacia la plaza central del poblado a diferencia de la antigua capilla, a la cual se ingresa desde la vía principal de acceso al pueblo.
El programa de recintos consta de una nave principal y de una nave menor que pueden funcionar en forma unida o independiente según la cantidad de fieles, que es variable según la época del año (en verano y en algunas festividades aumenta notablemente su número). Ambas naves se pueden unir o separar con el funcionamiento de puertas de corredera. Como recintos menores se dispone de una sacristía, una salita para reuniones, una kitchenette y servicios higiénicos.
El diseño arquitectónico se basa en una sumatoria de planos angulados e inclinados (llenos y vacíos) que van en todas direcciones a modo de una montaña que surge del suelo arenoso del lugar. Esto alude a la geografía propia de la región donde se emplaza la obra.
El edificio se abre hacia el espacio público acogiendo a los fieles en un gran atrio cubierto por un alero que recorre toda la fachada, comenzando en la escultura que recuerda la figura de la madre de San Agustín y terminando en la cruz que se ubica en lo más alto. Este atrio responde también a las fiestas religiosas denominadas “Bailes Chinos” propias de la cultura religiosa local, en la cual se reúnen frente al templo danzantes y músicos en procesión algunas veces al año.
Como materialidad principal predomina el hormigón armado a la vista (muros y pavimentos). En el caso de los muros se utilizó moldaje de tablas de madera en bruto. El manejo de la luz fue parte importante del encargo del mandante. Se dispusieron vitrales de diseño abstracto combinando colores asociados al mar, al desierto y al cielo. Las tres lucarnas interiores se diseñaron en alusión al eclipse de sol del año 2019, el cual tuvo al poblado de Punta de Choros como un lugar privilegiado de observación.
Detrás del altar se ejecutó una pintura mural que mezcla la imagen de Dios Creador con la naturaleza propia de la región. Los frentes principales del sitio donde se emplaza se reconstruyeron de forma tal de permitir la transparencia entre la plaza y el templo con un sistema de cierre en base a pilares de hormigón. El proyecto se financió principalmente con donativos privados.